Ñoquis de boniato

¡Cuánto quisiera que esta receta fuera un poco menos fácil, para quedarme más tiempo en el noroeste italiano! El ñoqui, del italiano gnocchi, plural de gnocco, significa “bollo”, “grumo” o “pelotilla”. Si bien la receta de hoy es con boniato (un tubérculo similar a la batata), la versión original es con papa y surgió durante el siglo XIX por una necesidad económica. Frente al repentino aumento del precio de la harina de trigo, los campesinos decidieron usar un sustituto, el puré de papas, para no tener que afrontar los altos costos que los señores feudales querían cobrarles. Inevitablemente pienso en cuántas cosas pueden mejorar frente a la necesidad de cambio; podrían haber comprado la harina de todos modos, seguir preparando los gnocchi como siempre y ser más pobres. Pero decidieron adaptarse a lo que sí podían y a lo que sí tenían. Como resultado lograron una delicia que es consumida y amada por la gran mayoría. Y hasta tiene su propio día, los 29 de cada mes. Hay una hermosa historia detrás de esa fecha, pero viene en otro posteo. Porque cualquier día es perfecto para un buen plato de ñoquis.

Cocinar el boniato entero o en trozos grandes (con cáscara) en el horno. Cuando esté cocido, pelarlo y hacer un puré. Incorporar la sal, la harina, las yemas y el queso rallado. Mezclar sin amasar demasiado hasta formar una masa. Luego, formar cilindros alargados y cortar en cuadrados de 1,5 cm. aproximadamente. Colocar los ñoquis en un recipiente espolvoreando harina. Echarlos en una olla con agua hirviendo y retirarlos a medida de que vayan flotando. Antes de servir, saltearlos en una sartén con su salsa de preferencia. Voy a tardar en comerlos así me quedo por Italia un rato largo.