Alfajores de Coco

Preparen la mochila, el traje de baño y el protector solar. ¡Nos vamos a recorrer a lo grande!

  El origen del coco no está muy definido. Se cree que son autóctonos de Asia tropical, al sur de la India, pero no hay certezas. Y, para ser justos, vamos a viajar por todos aquellos lugares donde los cocoteros crecen de manera natural y podrían haber surgido por primera vez. Vamos a desplazarnos por la línea del Ecuador y, sobre este trazo imaginario, pasaremos por trece países. Trece maravillas: Ecuador, Colombia, Brasil, Santo Tomé y Príncipe, Gabón, República del Congo, República Democrática del Congo, Uganda, Kenia, Somalia, Maldivas, Indonesia y Kiribati. Dejo para después contarles todo lo que encontré en cada uno de esos destinos.

  Volvamos al coco. Bastante estratégico, eligió climas tropicales y subtropicales para vivir. Y se lo bautizó “coco” por su forma parecida a la de una cabeza pero un tanto monstruosa. De ahí el famoso “¡viene el coco!” como algo que provoca miedo. Con tres variedades diferentes –los “gigantes”, los “enanos” y los “híbridos”–, con esta fruta se puede producir agua de coco, leche de coco, manteca de coco y el coco rallado.

  Mientras disfruto de la vista de esta playa espectacular, les paso la receta de unos alfajores para los que usé el coco en dos versiones: rallado y en aceite.

  Colocar en un bol el coco rallado, los huevos y el azúcar. Mezclar con las manos. Formar bolitas y –aquí viene lo que pareciera ser “la parte difícil”, pero en realidad es una pavada– colocarlas en una placa previamente aceitada con aceite de coco, aplastando las bolitas para que queden con forma de tapitas. Llevar al horno (precalentado) hasta que se doren. ¡No hay que darlas vuelta! Luego rellenar con dulce de leche. Y a disfrutar, claro. No sé ustedes, pero para mí estar en una playa tropical comiendo este alfajor no está nada mal.