Europa del Este
Babka
Ingredientes:
Últimamente me encuentro en mi cocina viajando a Europa del Este. Cada receta que se me ocurre tiene su origen en aquellas tierras lejanas. Claro que muchos de los alimentos que consumimos vienen de allí, aunque luego brillen y sean famosos en Nueva York. El Babka, por ejemplo, se encuentra en la gran mayoría de las pastelerías neoyorkinas. Es más: dicen que originalmente el relleno era de canela y que el uso del chocolate surgió cuando las colectividades judías, asentadas en esa ciudad, fusionaron sus tradiciones con nuevos ingredientes.
Me fascina la idea de cómo una receta pudo viajar tanto. Pero lo que más me gusta es descubrir dónde comenzó la magia. Babka proviene de “baba”, que significa “abuela”. ¿Será por eso que resulta tan especial preparar esta receta? Fue una de las que más disfruté en mi vida y confieso que me reí como una loca cuando me salió la trenza. Algunos dicen que es pasión; otros, locura. El Babka es una masa estilo brioche, muy mantecosa y húmeda, que en combinación con el chocolate y la ralladura de naranja se transforma en un manjar. El Babka original no tiene forma de rosca, sino que era rectangular. Su forma circular tiene su origen religioso y nos remite al amor infinito hacia un poder superior. Definitivamente el amor es lo único infinito acá, porque esta rosca, de infinita, no tiene nada. La serví en la mesa y desapareció en cuestión de minutos. Calentar apenas la leche para que quede tibia y colocar dentro la levadura. Dejar descansar 10 minutos. Formar una corona con la harina y, en el centro, incorporar azúcar, esencia de vainilla, ralladura de una naranja y el huevo. Por los bordes de afuera de la corona esparcir la pizca de sal. Mezclar de afuera hacia adentro con la mano. Luego, incorporar la leche con levadura de a poco, mezclando con la mano. Amasar hasta que quede una masa “linda” y, acá llega la diversión: incorporar la manteca pomada muy de a poco. Van a ver que todos sus esfuerzos por lograr esa masa “linda” van a desaparecer justo en este momento y se encontrarán con una pegajosa y totalmente descontrolada. Pero no te preocupes: hay que seguir amasando con ganas y agregar apenas de harina (apenas) para ayudar un poco. De repente aparece una masa genial, húmeda y fresca, especialmente linda de amasar. En un bowl con un poco de harina, dejarla descansar, tapada con un repasador. Tiene que crecer el doble. Mientras esperamos, vamos con el relleno. Para el relleno, derretir la manteca y fundirla con el chocolate, previamente cortado en pedacitos. Incorporar el cacao en polvo y el azúcar impalpable. Integrar todo y… ¡listo!Si la masa ya creció el doble, estirar de manera rectangular y colocar todo el relleno sobre este rectángulo. Enrollar como un pionono y, sin cortar uno de los extremos, hacer un corte a lo largo de todo este rollito para que queden dos tiras, dejando la parte del relleno para arriba. Trenzar y luego formar un círculo aplastando los extremos entre sí para que no se desarmen. Colocar en una placa para horno previamente enmantecada y enharinada, y tapar con un repasador. Dejar reposar una hora. Precalentar el horno y a fuego medio hornear de 35 a 40 minutos aproximadamente o hasta que está dorada como en la foto. Decorar con azúcar impalpable y a disfrutar de lo no infinito.